MISIÓN...

"A los profesores y a las profesoras hay que formarlas para que, además de ser buenos enseñantes, sean también buenos tutores. La función tutorial se tiene que integrar en el rol docente, en la práctica educativa, en los procesos de enseñanza-aprendizaje. La tutoría implica una relación personal y bidireccional basada en el respeto, en el diálogo reflexivo, en el compromiso crítico para la definición de proyectos y la construcción de posibilidades y expectativas con sentido"

¿POR QUÉ ESTE BLOG?

En este blog se encontrarán ideas, experiencias, reflexiones, noticias... relacionados con l a enseñanza universitaria en general y, de man...

viernes, 26 de junio de 2020

LOS PLANES DE ORIENTACIÓN Y TUTORÍA (POAT) EN LA ULL: NUEVOS PLANTEAMIENTOS Y DIRECTRICES

La finalidad de este Webinar en el que participamos es ofrecer algunas orientaciones que faciliten la organización de los Planes de Orientación y Tutoría en el curso 2020-2021. También se pretende clarificar el modelo POAT de partida y algunas dudas sobre el proceso a seguir en los diferentes centros. Además, favorecer la reflexión entre todas/os los participantes, profesionales interesados y vinculados al desarrollo del POAT, sobre las contribuciones que se pueden hacer desde este espacio para facilitar la integración y el proceso formativo del alumnado universitario.
Tenemos un reto importante en el próximo curso, porque estamos en un momento complejo en el que la tutoría y la atención al alumnado es clave. Los estudiantes de nuevo ingreso ha tenido un curso y un final de curso complejo, no han recibido la Orientación adecuada y su aterrizaje en la Universidad va a ser complejo. Por eso hay que reforzar los Planes de Tutoría y las medidas de apoyo al alumnado. No valen las recetas, sino los planes de actuación orientadora innovadores y contextualizados, que fomenten el desarrollo de estudiantes autónomos y comprometidos con sus proyectos personales y colectivos.

https://www.ull.es/portal/noticias/2020/la-ull-organiza-un-seminario-para-analizar-los-planes-de-tutorizacion-del-proximo-curso/

jueves, 25 de junio de 2020

LOS PROS Y CONTRAS DE LA EVALUACIÓN CONTINUA


La situación que se ha vivido en el tramo final del curso 2019-2020 y la defensa de un modelo de enseñanza centrado en el estudiante, como enfoque más demandado desde la  implantación del EEES, ha avivado de nuevo la controversia en torno los pros y los contras de la evaluación continua en la enseñanza universitaria. El problema es complejo, porque integra una gran diversidad de factores (enfoques de la enseñanza, modelos de evaluación, contexto de aprendizaje, etc.). Siendo un problema complejo, la solución no es simple, porque no admite una sola solución, sino distintas respuestas. A mí me parece que hay que partir de lo que cada uno entiende por “enseñar”, por “aprender” y como valorar dicho “aprendizaje”. Ciertamente, si yo me sitúo en el contexto de la enseñanza universitaria y pienso en el modelo ideal, la opción preferente es un modelo de enseñanza constructivo (o constructivista) pensado para que el estudiante aprenda, de ahí que yo hago tanto trabajo fuera del aula, en el propio espacio que comparto presencialmente con el alumnado y después del trabajo presencial (el ciclo del aprendizaje debe contemplar diversas fases y momentos y en cada una de ellas el docente desempeña diferentes tareas. El trabajo va encaminado a activar la capacidad de aprender, ofreciendo al alumnado los recursos formativos para que se produzca el aprendizaje. Por tanto, en primer lugar, la labor del docente es más la de un guía del aprendizaje que la de un transmisor de los mismos; el que aprende es el alumno/a y el docente facilita el aprendizaje. Por eso defiendo una formación centrada en el estudiante, no en el profesor, que es un facilitador, no el único “recurso”. El segundo elemento clave es cómo valorar ese aprendizaje. Para un modelo de enseñanza de estas características, sin duda el enfoque de evaluación ideal sería una evaluación continua y formativa; la evaluación no sirve solo para determinar la cantidad de conocimiento adquirido, sino para más cosas, de ahí que sea al mismo tiempo una evaluación diagnóstica, porque debe servir para mejorar el aprendizaje si se comprueba que el estudiante tiene dificultades. Y el tercer elemento, es el contexto del aprendizaje. Obviamente, la evaluación formativa, como modelo ideal choca con las condiciones en las que se desarrolla la formación universitaria. Un modelo de evaluación formativa y continua como el apuntado, en el que se va llevando a cabo una interacción continua entre profesor-alumno, en el que se supervisa el proceso de aprendizaje de cada uno, en el que se atiende de manera personalizada y tutela el aprendizaje… exige condiciones que no siempre se tienen. En una clase en la que hay matriculados más de 75 estudiantes es muy complicado aplicar una metodología de esta naturaleza, porque generalmente el docente tiene diversas asignaturas y no hay tiempo material para hacer este trabajo de organizar la enseñanza, dinamizar el aprendizaje y valorar el trabajo del estudiante (mediante la supervisión y valoración de diferentes tareas, que revisa, devuelve, asesora a cada uno sobre lo que debe mejorar…). Entonces, la solución hay que encontrarla en adaptarse al contexto de condiciones para el aprendizaje, sin perder la esencia del modelo de evaluación formativa, combinando diferentes estrategias individuales y grupales. Por ejemplo el modelo de portafolios o la enseñanza/clase invertida en la que se trabaja fuera del aula y luego se utiliza el tiempo de clase para llevar a cabo actividades que impliquen el desarrollo de procesos cognitivos de mayor complejidad que tienen lugar con el asesoramiento del docente.

martes, 16 de junio de 2020

EL TERRIBLE DILEMA DE EVALUAR


En este tiempo estamos inmersos en el proceso de evaluación… revisar, corregir, valorar, calificar…son los términos que estos días más se repiten entre la clase obrera docente; horas y horas interminables de un proceso que, a mi particularmente, me deja insatisfecho. Se me acumulan un montón se sentimientos diariamente cuando me enfrento, como en estos días, a la evaluación. Es como una especie de guerra entre dos bandos, cuyos resultados no dejan indiferentes ni a unos ni a otros. Yo defiendo e intento promover un modelo de enseñanza donde los estudiantes tengan protagonismo, se impliquen en su aprendizaje y aunque lo consigo en algunos casos, lo cual se refleja en el compromiso y las elaboraciones que me entregan, en otros, la sensación es terrible. Así que en muchos casos me veo en medio de una tarea en el que el rol que tengo que desempeñar es más de policía académica científica, que la de docente universitario. Y con los que saben a lo que vienen a la universidad, están atentos a los mensajes, tienen una buena intensidad en el trabajo y en el compromiso académico, cumplen con el patrón de un estudiante integrado al proceso formativo, etc. la evaluación te lleva a valorar en qué medida el trabajo que han realizado ha sido satisfactorio y les ha permitido alcanzar las competencias que estaban en juego. Eso ya se nota en el mismo proceso de seguimiento. Pero con los otros, que tienen como objetivo pasar por la universidad de puntillas, empleando el mínimo esfuerzo, utilizando estrategias para aprobar y no para aprender, la sensación es insufrible. Haces un esfuerzo tremendo para que les llegue el mensaje, pones todos los medios para que se impliquen, estás siempre con el deseo de que te sorprendan positivamente, pero muchas veces el muro que levantan es infranqueable. Y cuando llega la evaluación, el acercamiento que tienen es para presentarse el día de la revisión y decir eso de “vengo a ver el examen”. A ver el examen... y podría ser interesante si el fin fuera, "vengo a ver en qué he fallado para mejorar y voy a aprovechar toda la ayuda que me da el profesorado". Pero no siempre es así; muchas veces el encuentro se conduce por el regateo, para ver si consiguen que el profesor cambie su criterio y le ponga un aprobado, aunque no tenga ni idea de que va el asunto. Por eso me pregunto muchas veces, ¿a qué habrán venido muchos estudiantes a la Universidad?