En esta
ocasión,
tenemos la colaboración de otra de las grandes profesionales de
referencia en Orientación. Alejandra
Cortes es Profesora de la Universidad
de Zaragoza, comprometida con temas de ciudadanía y experta en temas de Orientación
Profesional y, sobre todo, en Coaching personal, educativo y de equipos. La
situación que se
vive actualmente en la enseñanza universitaria, está poniendo
de manifiesto la importancia de la tutoría y los procesos de acompañamiento
al alumnado. Y en los próximos meses será imprescindible reforzar aún más la atención personal y reforzar los sistemas de apoyo individualizado. Por este motivo le he pedido que
nos hable del Coaching como estrategia de acompañamiento y de atención al
alumnado universitario.
El coaching es un proceso de acompañamiento para que la
persona logre su objetivo y que se sustenta fundamentalmente en la mayeútica socrática (preguntas
potenciadoras) y se nutre de otros enfoques y métodos vinculados con la
educación socioemocional, la psicología sistémica, la neurociencia o
las metodologías activas. En la Universidad el coaching se está incorporando a los
planes de orientación y tutoría para acompañar en la toma de decisiones durante los estudios y con
la competencia de la proactividad en los diferentes momentos de transición y de inmersión socioprofesional. Lo
hemos ido estudiando en diferentes trabajos recientes (Cortés, 2019) con el Modelo
Integral de Coaching Educativo (MICE).
En este post quisiera poner de manifiesto que después de revisar más de 30 artículos buscando explícitamente la temática de los beneficios,
llama la atención cómo hay dos asuntos que aparecen de forma mayoritaria:
a) la necesidad de que existan más estudios rigurosos sobre el coaching en general: b)
se refieren a la afirmación de que sí, que el coaching y el coaching de equipos produce
cambios a mejor.
En
relación a estos
dos puntos, en mi opinión cada vez se están produciendo más investigaciones de gran valor científico al
respecto y creo que dentro de unos años no se tendrá que hacer este comentario de su carencia al
respecto. Por otra parte, sí me parece muy interesante profundizar en el
punto b), puesto que me ha hecho reflexionar mucho una idea de Theeboom,
Beersma y Vianen (2014), que realizan un metaanálisis sobre estudios de coaching, y que
enfantizan que para que el coaching tenga más respaldo y perdure en el tiempo es necesario
más
precisión en
aspectos concretos de mejora y creando una teoría propia sobre o del coaching. Esta idea
realmente me parece que es la clave, unida a la necesidad de realizar estudios
de rigor científico,
porque la creación de
modelos teóricos
dan verosimilitud y un aval. ¿Qué opinas?
Alejandra Cortés, Profesora Titular de Universidad,
Vicedecana de Investigación, Innnovación y Comunicación,
Facultad Educación, Universidad de Zaragoza.
Vicedecana de Investigación, Innnovación y Comunicación,
Facultad Educación, Universidad de Zaragoza.
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